La enseñanza del karate en la Asociación Budokan es integral, donde los aspectos físicos, psíquicos, y sociales constituyen las bases de nuestro sistema.
La actividad escolar se ve muy mejorada con la práctica de este deporte. La concentración aplicada a los ejercicios de karate, también ayudan al niño a su atención hacia lo que está estudiando. Enseñamos a sintonizar la mente con el cuerpo, y de esta forma poder aprovechar al máximo todo el potencial disponible.
El karate es mucho más que un deporte, es un arte y una disciplina (arte marcial) y para nosotros el triunfo no consiste en ganar un campeonato, eso es irrelevante comparándolo con la formación educativa y los valores positivos que transmitimos a nuestros alumnos. El trofeo más grande que podemos recibir es ver a estos niños que han crecido con un espíritu limpio, con una mente fuerte, y un cuerpo sano.
Hemos formado unos maravillosos lazos de unión y amistad entre las distintas escuelas y clubes de nuestra Asociación, tenemos una gente excelente y trabajadora que lucha cada día por mejorarse. En nuestra Asociación de Karate Budokan entendemos que el hábito en la práctica deportiva es una excelente garantía de salud y desarrollo de las personas y especialmente en los niños, pero nosotros queremos ir más lejos, por eso transmitimos unos valores educativos y culturales que harán que cada uno de nosotros seamos «CADA DÍA MEJORES».
El karate es un arte que cultiva la mente el cuerpo y el espíritu. Este concepto se denomina «DO» (camino de vida) y hace que el karate sea mucho más que un deporte. Su práctica debe ir enfocada a formar personas sanas y equilibradas, con confianza en si mismas, con un espíritu y voluntad fuerte, así como un elevado sentido moral y ético.
El karate como arte debe ser un medio para la mejora personal.
En ningún momento su principal objetivo es la participación en competiciones deportivas. El karate se adapta perfectamente a las edades y motivaciones de cada persona, se puede practicar karate para adquirir mayor confianza y autoestima, por defensa personal, por salud, por deporte, por competición, etc.
En los niños, el entrenamiento debe adaptarse a su edad, a su comprensión y a su estado evolutivo. Debe ser claro, sencillo y rico en situaciones motoras, multidireccionales, a veces en forma de juegos deportivos que les permitan asimilar gradualmente las herramientas psico-motrices fundamentales: la lateralidad, su esquema corporal, la direccionalidad, la coordinación acústico-motriz y viso-motriz, la orientación espacial, etc. todo encaminado lógicamente a la educación, socialización, disciplina y autoestima.
Al inicio de la pubertad, si el alumno lo desea se le puede introducir con prudencia en la práctica deportiva-competitiva y en los conocimientos más específicos de defensa personal. En este caso el karateka debe adquirir un compromiso de autosuperación, lealtad y respeto a su maestro con un entrenamiento regular e intenso.
A partir de los cuarenta años el aspecto mental debe primar, y físicamente se buscará en el karate la salud y la longevidad, cultivando para ello la relajación, la suavidad , la fluidez y la perfección de las técnicas. En este nivel el karate no se corresponde con entrenamientos extenuantes o agotadores, sino con la perfección técnica, el autocontrol y la autodefensa.
Desde estas líneas deseamos animar a todos a que prueben la práctica del karate, no importa la edad que se tenga, nunca es tarde para empezar, hemos enseñado karate a personas que comenzaron con mas de 60 años de edad, y precisamente estas personas son las que mas valoran lo que el karate les aporta: » una nueva juventud «. El karate se adapta perfectamente a la edad del practicante: educativo para los niños, duro, fuerte y competitivo para los jóvenes, suave y armonioso para los adultos. Anímense y se sorprenderán.
